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Manos que hablan (historia de Wendy)









4 de Marzo del 2006
Actualizado: 12:05:33 AM hora de Cd. Juárez


Personas con discapacidad auditiva, como Wendy Sánchez, logran comunicarse con el apoyo del Centro de Recursos e Información para la Integración Educativa
Brisa Frias

EL DIARIO

A Wendy Sánchez Regalado, de 9 años, el silencio le ha resultado cruel. La discapacidad auditiva que padece desde que nació la ha llevado a superar obstáculos materializados en discriminación, falta de aceptación y, claro está, aquel que representa la naturaleza propia de su padecimiento: el no poder comunicarse.El efecto negativo que produce en el ánimo y en el desempeño de las personas que no oyen es significativo, cuestión que conoce sobremanera la pequeña que cursa el segundo año en la primaria Lázaro Cárdenas, ubicada en la colonia del mismo nombre.No obstante, Wendy no para de sonreir, más aún ahora que poco a poco va abriéndose camino en un mundo de señales y palabras, de mensajes que constituyen la base del entendimiento que se da entre semejantes y que, a final de cuentas, es esa comunicación la que distingue a los humanos.El don de oirA decir de Rosa María Palacios, coordinadora del Centro de Recursos e Información para la Integración Educativa (CRIIE), Wendy tiene grandes posibilidades de lograr una comunicación verbal satisfactoria, ya que tener esa discapacidad no significa que no pueda hablar."Ahorita ella no habla, pero hay niños que sí pueden. Ser una persona con discapacidad auditiva no quiere decir que no hable, por eso no se maneja el término sordomudo, porque sí tiene esa capacidad, pero hay que trabajar en ella", afirma."Se puede empezar a trabajar con ellos desde bebés para que logren hablar y que sean personas que se desempeñen lo más normalmente posible, pero todo eso requiere del apoyo de los padres, maestros y especialistas", añade.En el caso de Wendy, al año y medio de su nacimiento, su madre se dio percató de la sordera de la menor, pero no la trató de inmediato.Luego de un tiempo, Guadalupe, quien es madre soltera, buscó la ayuda que en muchas ocasiones le fue negada."Fui a un canal de televisión y a algunas escuelas a buscar ayuda, pero me la negaron. Cuando la quise inscribir en el kinder no la recibieron", comenta entristecida Guadalupe Sánchez, quien posteriormente dio a luz a Daniel Armando, un niño que a sus siete años no presenta ningún tipo de discapacidad.La madre de Wendy cuenta también que tras haberla matriculado en el preescolar donde finalmente fue aceptada, el mismo personal docente de esa escuela se encargó de abogar a favor de la niña para que le dieran cupo en la primaria.Sin embargo, el rechazo del que fue objeto con anterioridad provocó que, pese a ser alguien con facultades intelectuales sanas, hoy esté atrasada dos años en lo que respecta a la educación, pues cursa el segundo grado con nueve años de edad."Yo espero que aprenda mucho, que siempre le den el apoyo porque es difícil, es muy frustrante que te cierren las puertas", expresa la madre de la pequeña que ha logrado despertar un poco el sentido del oído izquierdo, desde que usa el aparato, tres años atrás.El grado de comunicación que ha alcanzado Wendy se debe también a otras gestiones que emprendió el personal docente de la escuela para auxiliarla.Primeramente, la adquisición de un libro de lenguaje de señas fue de gran ayuda para ella; por otra parte, haberse puesto en contacto con los asesores del CRIIE fue esencial para que maestros y compañeros de clase pudieran relacionarse con Wendy, pues desde que eso ocurrió, Violeta Gama acude dos veces por semana a enseñarles a hablar con las manos.Al ser estudiante de la carrera de Educación Especial de la UACJ, es de esta manera como Violeta realiza su servicio social, a la vez que ayuda a integrar a los niños sordos con los demás miembros de su entorno."(Wendy) Ha aprendido mucho, es muy alegre y se adapta fácilmente", dice Guadalupe Sánchez, en relación educativo de su primogénita.De igual manera, otras tres niñas que toman clases en la primaria David Alfaro Siqueiros y que presentan discapacidad auditiva, están siendo apoyadas por Violeta, quien acude al plantel cada miércoles para enseñarles a ellas y al resto de sus compañeros, a dominar el lenguaje de señas.Es así como Mariela, Carmen y Joselín se dan a entender durante su horario de clases y también cuando están en la Casa Hogar María Niña, lugar en donde viven.CRIIEAtender a niños y jóvenes con necesidades educativas especiales, principalmente aquellas asociadas a alguna discapacidad (auditiva, visual, motora, intelectual, etc.), es el objetivo que persigue el Centro de Recursos e Información para la Integración Educativa (CRIIE) desde que fue creado."Tenemos tres años trabajando y en el útimo trimestre apoyamos a más de mil personas, entre padres, maestros, directores de escuela, estudiantes, etc.", comenta Rosa María Palacios, una de las coordinadoras del centro.Y es que el universo de personas que son asistidas por el CRIIE es tan vasto, ya que sus integrantes no fungen como tereapeutas de la persona que padece la discapacidad, sino que brindan asesoría y capacitación a quienes conviven con el afectado."No atendemos directamente al niño o al joven. Nosotros damos asesoría, orientación y capacitación. Nuestro trabajo es un poquito diferente en comparación a los que ya existen, no es terapéutico, pero precisamente cuando hablamos de necesidades especiales, es para trabajar con los padres para que sepan qué hacer, de tal manera que no necesiten que uno esté permanentemente a su lado", explica Palacios."Lo mismo con la maestra, la asesoramos sobre cómo evaluar y qué hacer todos los días. Se les orienta también en la adecuación de las actividades, así que la planeación de la maestra regularmente las adecua para que se vean favorecidos estos niños", agrega.Sin enforcarse exclusivamente a la discapacidad auditiva, personal del CRIIE asiste a la primaria Lázaro Cárdenas para apoyar en otros casos, en los que los menores sufre de deficiencia intelectual y motora."Atendemos todo tipo de discapacidad y vamos con quien solicite el apoyo, no importa si es escuela privada o de gobierno", apunta orgullosa Palacios, quien trabaja junto a Héctor Ronquillo, otro de los responsables del CRIIE.Ambos son auxiliados por jóvenes universitarios que están efectuando el servicio social, como es el caso de Violeta Gama."El trabajo que está haciendo Violeta es precisamente para que todos los niños del grupo manejen el lenguaje manual y puedan convivir con Wendy. Estamos muy contentos porque la escuela ha tenido esa apertura para apoyar a los niños con necesidades especiales, cosa que no ocurre en cualquier parte".Palacios menciona que en ese proceso de integración no es únicamente el niño el que va a ser beneficiado, puesto que el maestro también está aprendiendo a llevar una planeación para otros menores que no presentan ninguna discapacidad.Otros casosEn la escuela situada al norporniente de la ciudad, a la cual Wendy acude con regularidad y con el entusiasmo de cualquier niño de su edad, existen otros casos de discapacidad.Josué, por ejemplo, tiene paralizada la mitad de su cuerpo; ese estado estático en su sistema motor no impide que su nivel de aprendizaje avance, pero si lo está afectando.De ahí la importancia de que este niño de tercer año esté recibiendo el apoyo de la gente del centro.Para poder ayudarlo, según comenta Palacios, en primera instancia se realiza una evaluación para saber qué hacer al respecto."La evaluación plantea varios aspectos para saber si la familia los ayuda y en qué grado. Se les pide que refuercen el trabajo que se hizo en la escuela y que el niño venga anticipado al trabajo con lecturas que hizo su casa", externa."La maestra por su parte le da más tiempo para que termine las actividades y él con eso tiene", añade.Sin embargo, el padecimiento de César, de ocho años de edad, es diferente. El pequeño presenta discapacidad intelectual y, pese a eso, no ha repetido ningún grado."Si llevaba cierto retraso en el aprendizaje, pero gracias al trabajo que se ha hecho con los maestros el niño va saliendo adelante"Para complementar su avance, el personal del CRIIE canalizó a César con una especialista que lo ve una hora a la semana fuera de la escuela, pues su ritmo de aprendizaje es mucho más lento y necesita tener más elementos para poder ir a la par de sus compañeros.Respecto a lo anterior, la coordinadora del CRIIE hace especial énfasis en que la atención especializada que pueden recibir estos niños es meramente complementaria y no sustituyen por nada la experiencia que tienen en una escuela regular."Nunca propiciamos que no se le dé la atención en la escuela, si ya aceptaron al niño, que siga, porque hay cosas que no se les pueden dar en un centro de atención especial", indica Palacios, quien agrega que la existencia de estas escuelas es motivo para que directivos de planteles regulares justifiquen la exclusión que hacen de estos niños."Pueden aprender muchas cosas aquí que no van a aprender allá, el aprendizaje que dan los mismos niños no se lo va a dar el terapeuta, ni el maestro, ni la mamá. Ser independientes, aprender a defenderse, llevar reglas, eso lo aprende en una escuela normal", concluye la educadora, con la certeza de que no habrá obstáculos que limiten el aprendizaje de Wendy, César y Josué.Proveedora de oportunidadesAl introducirse en este tema, no se puede dejar de lado a quien instruyó a comunicarse a Violeta y a otras personas que gustosos enseñan el lenguaje de señas mexicano.Dina Salgado, sorda desde los dos años de edad, fue quien fundó la Federación de Silentes del Estado de Chihuahua (FSECH), agrupación que busca difundir y promover el uso de este lenguaje.Proveer a personas silentes oportunidades de desarrollo personal y profesional que les permita llevar una vida digna e independiente, es otro de los objetivos de dicha federación.Y es que Dina vivió en carne propia la satisfacción que brinda el poder comunicarse, una vez que su esposo -también sordo- la incentivó para que conviviera con otras personas que padecen de pérdida auditiva, mismos que le enseñaron a comunicarse mediante señas.Actualmente, la madre de dos profesionistas da clases de lenguaje de señas mexicano a un grupo que recibe apoyo de Villa Integra.• Nota: El Lenguaje de Señas Mexicano (LSM) es aquel que expresa de manera visual y con una estructura lingüistica propia a las comunidades silentes de México (70 por ciento de los sordos manejan el LSM).Este lenguaje les permite a las personas sordas expresar sus inquietudes y necesidades, dar a conocer sus habilidades para desarrollarse en sociedad.• Centro de Recursos e Información para la Integración Educativa (CRIIE)Carretera Juárez Porvenir Km. 5 1/2. Partido Senecú.687 13 84• Federación de Silentes del Estado de Chihuahua (FSECH)624 87 35


http://www.diario.com.mx/servicios/hemeroteca/nota.asp?notaid=d21bf3f9d7a31933f6eefb73799a5d67

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